Pergamino, 25 de febrero de 2008
SEÑOR:
Comienza un nuevo año y en el dintel de la ventana despunta un nuevo día y sé que trae consigo una nueva tarea, un nuevo compromiso, un nuevo esfuerzo. Quiero comenzarlo con entusiasmo, con alegría reestrenada, y con nueva ilusión.
Sé que estás a mi lado, en mi familia, en mis amigos, en todas las cosas, en mi propia persona.
Gracias por este nuevo año de trabajo. Gracias por este nuevo empezar. Gracias por ésta, tu presencia. Quiero sembrar paz, solidaridad, y amor entre mis hermanos...
Y sé, Señor, que esta tarea la comienzan muchos hermanos de cualquier punto de la Tierra, y eso me alienta y me empuja. También te pido por ellos.
¡GRACIAS SEÑOR POR ESTE NUEVO AÑO DE TRABAJO!
Cada año que comienza significa una esperanza renovada. Tenemos mucho por hacer. Tenemos mucho para dar.
A mis compañeras, a las que respeto y admiro por la capacidad de trabajo que tienen, a los docentes de mi ciudad y a todos los docentes de mi país que aman esta profesión, les deseo un año lleno de satisfacciones y logros.
Que Dios los bendiga.
3 comentarios:
SOMOS BENDECIDOS POR DIOS!! TRABAJAMOS EN Y PARA LO QUE NOS GUSTA. AMAMOS NUESTRA PROFESION. FELIZ AÑO LECTIVO PARA VOS Y TODAS NUESTRAS COMPAÑERAS.
ES HERMOSO ESTO QUE ESTAS HACIENDO.
SUERTE Y ADELANTE!!!
Todo sabemos lo que representa la tarea de un docente: no es un mero instructor, es nada menos que un EDUCADOR, es decir forma, orienta, contiene, escucha, consuela, pone límites, estimula, acompaña y sistemáticamente construye con sus alumnos el aprendizaje de historia, geografía, matemática... Por lo tanto actualmente no alcanza con ser un experto en la disciplina que trabajamos, ya que la realidad social es tan compleja que nos exige estar preparados para prestar atención a todas las necesidades de nuestros alumnos.
Por otro lado, en función de las transformaciones del sistema, muchas veces pensadas por quienes jamás estuvieron en el aula, debemos adaptarnos permanentemente a los cambios: algunos serios y fundamentales, otros tal vez improvisados. Pero el mejor proyecto educativo quedaría en la nada si no estuviéramos los docentes, delante de nuestro curso para llevarlo a la práctica.
Hemos escuchado alguna vez: ¿De qué se quejan los docentes si trabajan cuatro horas y tienen tres meses de vacaciones?
Considero que los que mejor pueden dar testimonio de cuánto trabajamos los docentes son nuestros familiares, quienes comprueban todos los días que el compromiso con la tarea no se acaba cuando toca el timbre, sino que allí se reinicia.
Pero yo, como seguramente el resto de los docentes, encontramos una enorme gratificación y reconocimiento a nuestra tarea en la relación que podemos establecer con nuestros alumnos. Alguien seguramente podrá decir que con ese reconocimiento no puede pagar sus cuentas, por supuesto. Pero muchos docentes coincidirán conmigo que los afectos están inevitablemente presentes en nuestra tarea: cuando recibimos un grupo nuevo, cuando vemos progresar al que tiene dificultad, cuando los vemos crecer (en todo sentido)o cuando los encontramos ya egresados y nos sorprenden recordando una clase, un comentario o simplemente un gesto nuestro.
Espero que tengamos un lindo ciclo lectivo y a todas mis compañeras les digo: tomemos conciencia de la enorme responsabilidad que tenemos, sintamos orgullo por la tarea que realizamos, trabajemos, sin abandonar nuestras convicciones, para construir un futuro desde la esperanza.
FELIZ COMIENZO...
El comentario anónimo era mío (Claudia Maier), sólo que recién me estoy familiarizando con esto
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