“La educación Infantil tiene por finalidad contribuir al desarrollo de todas las capacidades de los niños y niñas”. “La evaluación en Educación Infantil pretende señalar el grado en que se van desarrollando las diferentes capacidades...”. “La valoración del proceso de aprendizaje se expresará en términos cualitativos,...”
En Educación Infantil se pretende que la evaluación sea cualitativa, que explique cómo va desarrollándose las capacidades de cada niño, pero vemos, con demasiada frecuencia, los informes de evaluación de los pequeños como un conjunto de conductas en las que aparece coloreado en un semáforo, en rojo o verde, si las conductas han sido conseguidas o no.
Estos informes de evaluación son percibidos por las familias, lógicamente, de forma cuantitativa: “mi hijo tiene tres rojos”, “mi hija tiene más verdes”.
En otras ocasiones los colores son sustituidos por “Mejora adecuadamente” o “Necesita mejorar”, en un intento de poner palabras donde sólo hay posibilidades de poner dos criterios, bien o mal.
No creo que la educación de cada niño y niña pueda reducirse a un sistema binario de posibilidades, como si de un circuito electrónico se tratara.
No podemos evaluar lo complejo con instrumentos simples, ya que lo cualitativo se vuelve cuantitativo con evaluaciones que simplifica la riqueza del comportamiento humano. Lo importante no es saber si alguien tiene o no adquirida una conducta sino especificar el grado de desarrollo que va adquiriendo, sus dificultades, cómo podemos ayudarle a mejorar, qué problemas le genera sus déficit, cuáles son los logros, qué debemos cambiar en nuestras actuaciones para mejorar.
La escuela ha heredado una concepción estadística, que pervierte notablemente la evaluación del alumnado.
La escuela ha heredado una concepción estadística, que pervierte notablemente la evaluación del alumnado.
Evaluar es comprender por qué a un chico muy inteligente de mi aula se le mueve todo el cuerpo sin que repare en ello. No es solución castigar lo que ni él mismo controla.
Evaluar es comprender que alguien pueda poseer un elevado nivel lógico y matemático pero manifiesta la emoción de un bebé de dos años. Y debemos ayudarle a madurar y controlar sus sentimientos sin exigencias excesivas, valorando sus logros.
Evaluar es comprender a un chico muy inmaduro que evita toda tarea escolar, porque le es imposible dejar huellas en un papel porque sus padres no han tenido tiempo de dejar huellas de caricias en su cuerpo al estar muy ocupados con el trabajo.
Evaluar es comprender por qué un alumno líder de la clase es tan querido por todos, y sobretodo por todas. Y es que un niño muy amado y valorado por su familia muestra una seguridad en sí mismo que atrae a todo el que se le arrima.
Evaluar es comprender a un chico muy inmaduro que evita toda tarea escolar, porque le es imposible dejar huellas en un papel porque sus padres no han tenido tiempo de dejar huellas de caricias en su cuerpo al estar muy ocupados con el trabajo.
Evaluar es comprender por qué un alumno líder de la clase es tan querido por todos, y sobretodo por todas. Y es que un niño muy amado y valorado por su familia muestra una seguridad en sí mismo que atrae a todo el que se le arrima.
Evaluar es comprender cómo, a pesar de que en el aula se trabaja las mismas actividades hay niños y niñas que aprenden más rápidos que otros o que aprenden cosas diferentes. Y es que el medio social es muy determinante. Es por ello que intentamos crear en clase un ambiente cultural del que se impregnen cada día, sobretodo los que no tienen esa posibilidad en sus casas.
Evaluar es comprender que los niños y niñas tienen diferentes niveles de maduración, diferentes estilos cognitivos, distintas relaciones afectivas y personalidades, vienen de diferentes contextos culturales, etc.; por lo tanto, no todos aprenden a la vez las mismas cosas.
Es necesario respetar los ritmos y características personales de cada cual. El medio sociocultural es muy determinante. Si exigimos a todos un mismo nivel estamos marginando a los menos favorecidos.
Bibliografía:
SANTOS GUERRA, Miguel Ángel: Evaluar es comprender. Ed. Magisterio del Rió de la Plata. Buenos Aires, 1998.
GÓMEZ MAYORGA, Cristóbal: Atando sentimientos con palabras. Publicaciones M.C.E.P. Sevilla, 2004.
2 comentarios:
Hola Cecilia, me llamo Guillermo, una amiga que pinta conejos me recomendo tu pagina. Interesante tu artículo, me agrada que la tarea de enseñaje (aprender y enseñar)se vea reflejada en la comprension. Un abrazo enorme.
Hola Cecilia, soy Cristóbal Gómez Mayorga, el autor de este artículo. Gracias por difundirlo y ayudar a mejorar la educación en el mundo.
Sería bueno que pusieras el autor para darle mayor atencidad.
Gracias de Málaga, España
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