5 de octubre de 2008
Hoy se celebra el Día Mundial de los Docentes, una jornada en la que reconocemos la función esencial que los maestros desempeñan al impartir a niños, jóvenes y adultos una enseñanza pertinente y apropiada. Ahora bien, muchos países sufren una grave escasez de docentes y se calcula que el mundo necesita 2 millones de nuevos puestos y 18 millones más de maestros para lograr la educación primaria universal de aquí a 2015.
Para algunos países, eso significa un aumento de personal docente de hasta el 280%. Y para garantizar el suministro adecuado de educación secundaria y superior, de enseñanza técnica y
formación profesional o de educación no formal, será preciso disponer de un número aún mayor de maestros. Esas cifras serán incluso más elevadas si se desea que esos docentes estén completa y adecuadamente cualificados para los niveles y las materias que impartan.
Aun cuando la oferta global de maestros sea suficiente, las zonas remotas y desfavorecidas del planeta podrían encontrar dificultades persistentes en materia de contratación y retención de personal. Esta escasez de maestros cualificados es uno de los problemas principales para lograr los objetivos de la Educación para Todos (EPT).
La profesión docente también afronta el reto de proporcionar educación de calidad con miras a satisfacer las nuevas exigencias del siglo XXI.
Las necesidades económicas, sociales, científicas y tecnológicas, las cuestiones relativas al desarrollo sostenible, la reducción de la pobreza y los asuntos conexos en materia de empleo decoroso para todos, la epidemia del SIDA y la violencia en las escuelas repercuten cada vez más en la profesión.
Habida cuenta de que las mujeres constituyen la mayoría de la fuerza laboral en la enseñanza primaria y a menudo resultan afectadas de manera desproporcionada por esos problemas, las posibles consecuencias se multiplican para ellas. En consecuencia, la igualdad entre hombres y mujeres debe ser un aspecto fundamental de la formulación de soluciones. Además, los avances en materia de EPT y, en particular, en la enseñanza primaria universal, están generando una gama cada vez más variada de educandos, lo que a su vez incide en la escolarización y los docentes.
Confrontados a tales expectativas, los maestros suelen sentirse infravalorados, poco respaldados y mal equipados profesionalmente para hacer frente a la realidad del entorno en que laboran. Más contratación, una formación de docentes cabal y adecuada, una distribución y una gestión mejor orientadas, sueldos e incentivos comparables a los que se perciben en otros empleos que exigen cualificaciones similares, mejores condiciones de trabajo y vivienda, apoyo profesional permanente y posibilidades de avanzar en la carrera son elementos esenciales para responder a los nuevos retos. La Recomendación Conjunta de la OIT y la UNESCO relativa a la condición del personal docente (1966) y la Recomendación de la UNESCO relativa a la condición del personal docente de la enseñanza superior (1997) imparten orientaciones generales sobre una gama de políticas, derechos y responsabilidades que atañen a los maestros. En ese sentido, constituyen la base de políticas y prácticas nacionales previsoras encaminadas a crear un cuerpo docente profesional a la altura del siglo XXI.
Las políticas de ámbito nacional relativas a los docentes han de ser coherentes con los marcos regionales y mundiales ya existentes, a fin de que contribuyan a garantizar la calidad, a definir criterios de referencia en aras de una mayor armonización a medida que aumenta la emigración y la movilidad de los maestros, y a mejorar la condición social y las condiciones de trabajo del personal docente. Asimismo, deben estar en consonancia con las políticas más generales de reducción de la pobreza y de educación. Es importante que las políticas relativas a los docentes se establezcan firmemente en los contextos locales y nacionales, y que sean pragmáticas y realistas
con miras a facilitar la contratación y retención de una fuerza laboral docente suficiente y eficaz.
Dichas políticas deben tener en cuenta las conclusiones y consecuencias de la investigación en todos los niveles, la capacidad financiera y administrativa del país y sus perspectivas económicas. El cumplimiento del objetivo establecido en los años 1990 de destinar a la educación el 6% del PNB ayudaría a los sistemas nacionales cuya financiación resulta hoy insuficiente. Se deberá también establecer prioridades en los planes y las políticas, que deberán recibir financiación suficiente y ser flexibles a fin de responder a la evolución de las necesidades. Por ejemplo, si el modelo tradicional de educación superior no es capaz de proporcionar en los plazos oportunos un número suficiente de maestros, podrían aplicarse enfoques novedosos en materia de formación
de docentes, sin menoscabo de la calidad.
A lo largo del proceso de formulación de políticas, resulta fundamental la tarea de velar por el diálogo social entre las partes interesadas, comprendidos los responsables de la formulación de políticas, los docentes y sus organizaciones. El diálogo social contribuirá a forjar un consenso nacional y a fomentar la apropiación de los proyectos, con miras a una aplicación más eficaz de dichas políticas. Este aspecto se toma en cuenta en las dos recomendaciones antes citadas. Actualmente se llevan a cabo múltiples actividades destinadas a aumentar la capacidad de las principales partes interesadas a fin de que éstas participen en la formulación de políticas educacionales, pero es necesario intensificar la creación de capacidades.
En este Día Mundial de los Docentes celebramos a los maestros de todo el mundo, en todos los países, ciudades y aldeas. Afirmamos la necesidad de velar por que su función en la consecución de una educación de calidad para todos se formule claramente y se traduzca en políticas capaces de fomentar un cuerpo docente motivado, valorado y eficaz. En este Día Mundial de los Docentes les damos las gracias a los maestros y reiteramos que, en efecto, SU LABOR ES IMPORTANTE
formación profesional o de educación no formal, será preciso disponer de un número aún mayor de maestros. Esas cifras serán incluso más elevadas si se desea que esos docentes estén completa y adecuadamente cualificados para los niveles y las materias que impartan.
Aun cuando la oferta global de maestros sea suficiente, las zonas remotas y desfavorecidas del planeta podrían encontrar dificultades persistentes en materia de contratación y retención de personal. Esta escasez de maestros cualificados es uno de los problemas principales para lograr los objetivos de la Educación para Todos (EPT).
La profesión docente también afronta el reto de proporcionar educación de calidad con miras a satisfacer las nuevas exigencias del siglo XXI.
Las necesidades económicas, sociales, científicas y tecnológicas, las cuestiones relativas al desarrollo sostenible, la reducción de la pobreza y los asuntos conexos en materia de empleo decoroso para todos, la epidemia del SIDA y la violencia en las escuelas repercuten cada vez más en la profesión.
Habida cuenta de que las mujeres constituyen la mayoría de la fuerza laboral en la enseñanza primaria y a menudo resultan afectadas de manera desproporcionada por esos problemas, las posibles consecuencias se multiplican para ellas. En consecuencia, la igualdad entre hombres y mujeres debe ser un aspecto fundamental de la formulación de soluciones. Además, los avances en materia de EPT y, en particular, en la enseñanza primaria universal, están generando una gama cada vez más variada de educandos, lo que a su vez incide en la escolarización y los docentes.
Confrontados a tales expectativas, los maestros suelen sentirse infravalorados, poco respaldados y mal equipados profesionalmente para hacer frente a la realidad del entorno en que laboran. Más contratación, una formación de docentes cabal y adecuada, una distribución y una gestión mejor orientadas, sueldos e incentivos comparables a los que se perciben en otros empleos que exigen cualificaciones similares, mejores condiciones de trabajo y vivienda, apoyo profesional permanente y posibilidades de avanzar en la carrera son elementos esenciales para responder a los nuevos retos. La Recomendación Conjunta de la OIT y la UNESCO relativa a la condición del personal docente (1966) y la Recomendación de la UNESCO relativa a la condición del personal docente de la enseñanza superior (1997) imparten orientaciones generales sobre una gama de políticas, derechos y responsabilidades que atañen a los maestros. En ese sentido, constituyen la base de políticas y prácticas nacionales previsoras encaminadas a crear un cuerpo docente profesional a la altura del siglo XXI.
Las políticas de ámbito nacional relativas a los docentes han de ser coherentes con los marcos regionales y mundiales ya existentes, a fin de que contribuyan a garantizar la calidad, a definir criterios de referencia en aras de una mayor armonización a medida que aumenta la emigración y la movilidad de los maestros, y a mejorar la condición social y las condiciones de trabajo del personal docente. Asimismo, deben estar en consonancia con las políticas más generales de reducción de la pobreza y de educación. Es importante que las políticas relativas a los docentes se establezcan firmemente en los contextos locales y nacionales, y que sean pragmáticas y realistas
con miras a facilitar la contratación y retención de una fuerza laboral docente suficiente y eficaz.
Dichas políticas deben tener en cuenta las conclusiones y consecuencias de la investigación en todos los niveles, la capacidad financiera y administrativa del país y sus perspectivas económicas. El cumplimiento del objetivo establecido en los años 1990 de destinar a la educación el 6% del PNB ayudaría a los sistemas nacionales cuya financiación resulta hoy insuficiente. Se deberá también establecer prioridades en los planes y las políticas, que deberán recibir financiación suficiente y ser flexibles a fin de responder a la evolución de las necesidades. Por ejemplo, si el modelo tradicional de educación superior no es capaz de proporcionar en los plazos oportunos un número suficiente de maestros, podrían aplicarse enfoques novedosos en materia de formación
de docentes, sin menoscabo de la calidad.
A lo largo del proceso de formulación de políticas, resulta fundamental la tarea de velar por el diálogo social entre las partes interesadas, comprendidos los responsables de la formulación de políticas, los docentes y sus organizaciones. El diálogo social contribuirá a forjar un consenso nacional y a fomentar la apropiación de los proyectos, con miras a una aplicación más eficaz de dichas políticas. Este aspecto se toma en cuenta en las dos recomendaciones antes citadas. Actualmente se llevan a cabo múltiples actividades destinadas a aumentar la capacidad de las principales partes interesadas a fin de que éstas participen en la formulación de políticas educacionales, pero es necesario intensificar la creación de capacidades.
En este Día Mundial de los Docentes celebramos a los maestros de todo el mundo, en todos los países, ciudades y aldeas. Afirmamos la necesidad de velar por que su función en la consecución de una educación de calidad para todos se formule claramente y se traduzca en políticas capaces de fomentar un cuerpo docente motivado, valorado y eficaz. En este Día Mundial de los Docentes les damos las gracias a los maestros y reiteramos que, en efecto, SU LABOR ES IMPORTANTE
Koichiro Matsuura
Director General de la UNESCO
Juan Somavía
Director General de la OIT
Kemal Derviş
Administrador del PNUD
Ann M. Veneman
Director Ejecutivo del UNICEF
Thulas Nxesi
Presidente de Education International
Fuente: Efemérides Culturales Argentinas
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