El 26 de septiembre de 1924, la Asamblea de la Sociedad de las Naciones adoptó la primera declaración existente relacionada con los Derechos del Niño -que había sido elaborada por Eglantina Jebb (una pedagoga suiza)- y la llamó "Declaración de Ginebra". Esta declaración mantuvo su vigencia y fue perfeccionada y adaptada a través de los años, hasta que el 20 de noviembre de 1959 se da un gran avance cuando la Asamblea General de las Naciones Unidas se basa en ella para emitir la Declaración de los Derechos del Niño, que constaba de 10 principios pero que eran simplemente enunciados (esto es, que no obligaban por sí mismos a ningún país a cumplirlos).
26 DE SEPTIEMBRE - Semana de los Derechos del Niño y del Adolescente
En nuestro país, a conciencia de la importancia de esta problemática, en el Ministerio de Cultura y Educación de la Nación se le ha dado gran relevancia a una campaña pedagógica de comunicación avalando la celebración de esta semana, que puede ser muy positiva para que los chicos se den cuenta de que tienen derechos, los reconozcan y a partir de allí puedan analizar la Declaración.
Los derechos de una persona a no ser discriminada por ninguna causa están avalados por nuestra Constitución Nacional, que da protección a todas las personas y adopta medidas contra quienes realicen actos discriminatorios por cuestiones de ideologías, raza, religión, sexo, nacionalidad o situación socio-económica.
Pero esta protección no se da sólo en nuestro país, ya que la mayoría de los países del mundo suscribieron la “Convención interamericana para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las personas con discapacidad”. Este tratado
Pero esta protección no se da sólo en nuestro país, ya que la mayoría de los países del mundo suscribieron la “Convención interamericana para la eliminación de todas las formas de discriminación contra las personas con discapacidad”. Este tratado
internacional define a la discapacidad como una deficiencia física, mental o sensorial, sea temporal o permanente limitando la capacidad de ejercer una o más actividades esenciales de la vida diaria. Y acerca de la discriminación dice que existirá cuando se excluya a estas personas, o se les restrinja algo o se las distinga por esta causa con el fin de impedirles o anularles el reconocimiento, goce o ejercicio de algún derecho, con fundamento en su discapacidad. Nuestro país suscribió esta Convención aprobando la Ley 25.280.
Queda claro entonces que el marco legal adecuado para evitar la discriminación ya existe. Sin embargo, debemos seguir poniendo énfasis en el respeto y en el trato de todos los días de los hombres en general, cada uno entre quienes lo rodean, cuidando el propio comportamiento y evitando los actos propios que causan daño al espíritu ajeno.
No es fácil, y menos en algunas situaciones en las que quizás pensar en el prójimo implique sacrificarse uno mismo... Pero no hay opción; para convivir en armonía, la única clave es saber ponerse en el lugar del otro, sentir lo que él siente. Y ésta no es, lamentablemente, una práctica constante. La igualdad por sobre todas las cosas, suele pregonarse, pero no se ve así en la práctica, en el trato a los ancianos, a los hombres de diferentes razas, de religiones diversas, de niños, de mujeres, de discapacitados, de enfermos, de personas de condiciones sociales diferentes.
Es que para lograr una situación de real igualdad, debemos reflexionar en todo momento, y no sólo ante aquellos hechos extraordinarios que nos tocan el corazón.
Pensar siempre en el prójimo, ponernos en su lugar. Allí está la clave.
Queda claro entonces que el marco legal adecuado para evitar la discriminación ya existe. Sin embargo, debemos seguir poniendo énfasis en el respeto y en el trato de todos los días de los hombres en general, cada uno entre quienes lo rodean, cuidando el propio comportamiento y evitando los actos propios que causan daño al espíritu ajeno.
No es fácil, y menos en algunas situaciones en las que quizás pensar en el prójimo implique sacrificarse uno mismo... Pero no hay opción; para convivir en armonía, la única clave es saber ponerse en el lugar del otro, sentir lo que él siente. Y ésta no es, lamentablemente, una práctica constante. La igualdad por sobre todas las cosas, suele pregonarse, pero no se ve así en la práctica, en el trato a los ancianos, a los hombres de diferentes razas, de religiones diversas, de niños, de mujeres, de discapacitados, de enfermos, de personas de condiciones sociales diferentes.
Es que para lograr una situación de real igualdad, debemos reflexionar en todo momento, y no sólo ante aquellos hechos extraordinarios que nos tocan el corazón.
Pensar siempre en el prójimo, ponernos en su lugar. Allí está la clave.
Esta semana es una buena ocasión para asumir y transmitir esta necesidad.
1 comentario:
Hola Cecilia: No se olviden de la Semana de la Donación de órganos en la escuela, que está en el Calendari Ecolar, del 20 al 24 de octubre.
Visiten www.cucaiba.gba.gov.ar
Un saludo a todo Colón.
Gabriel Roizman
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